martes, junio 06, 2006

De nuevo la Violencia

Ante la creciente ola de manifestaciones masivas, que el movimiento secundario ha logrado convocar en Chile, ha surgido como respuesta inmediata, la criminalización de dichas manifestaciones en su condición de “violentas”, por parte de los medios corporativizados de comunicación. No se trata de intentar de comprender el por qué de la violencia en las manifestaciones, no se trata de comprender la condición social de la violencia, ligada a diferentes factores, sólo se trata de tratarla abstractamente, y por lo tanto de forma superficial. No me interesa aquí hablar de las condiciones sociales que llevan a la protesta violenta, sino tratar otro tema que no ha sido convocado a sumarse al imaginario social dominante.

¿Quieren hablar de violencia? Entonces hablemos de violencia económica, de terrorismo económico. De las guerras que se libran a nivel mundial por extraer recursos en otras tierras a costa de la vida de miles de seres humanos. Hablemos de las paupérrimas condiciones laborales en que se encuentran los trabajadores de nuestro país, hablemos de la violenta capacidad de consumo que algunos tienen, mientras otros tienen el justo derecho a morirse de hambre, hablemos de que algunos tienen derecho a llenarse de comida, de divertirse, mientras que otros, tienen derecho a esclavizarse para poder sobrevivir, nunca llegaran a vivir. Hablemos de esa violencia, que es mucho menos explícita; si eso no es violencia, entonces no estamos entendiendo nada.

¿Quieren hablar de violencia? Entonces hablemos de violencia de Estado. De que el estado es el único con capacidad “moral y ética” para aplicar la violencia, de la forma que mejor le plazca, a golpes, mediante torturas, mediante cárceles, mediante la privación de libertad, mediante leyes definidas por los mismos torturadores, y que nos hacen creer como naturales, eternas y etéreas. Hablemos de la violencia aplicada a las comunidades indígenas alrededor del mundo, hablemos de la “pacificación de la Araucanía”. Hablemos de los 500 años de opresión política y física que sufren los mapuches, que no son chilenos, porque esa también es otra violencia de estado, la de imponernos deberes, externos a nosotros, desde que nacemos, la de imponernos una nacionalidad, una cultura hegemónica, y unos valores que nada tienen de humanos.

¿Quieren hablar de violencia? Entonces hablemos de violencia simbólica. Hablemos de la violenta imposición de imágenes, símbolos, conceptos, creencias, formas de ver la vida, cultura, etc., de la que hace uso la publicidad. La publicidad es violenta porque no podemos discernir frente a ella, porque no podemos andar con los ojos cerrados por el mundo, porque ocupa todos los espacios de carácter público, porque se nos impone a la fuerza, porque aunque lo queramos no podemos elegirla. Por qué hay que pedir permiso para actuar artísticamente en los espacios públicos, mientras que para poner publicidad no necesitamos más que pagar o simplemente ocupar dichos espacios para ejercer influencias? En otro lado, está la violenta imposición de una cultura occidental hegemónica, atravesada en su conjunto por la lógica del capital y del mercado, por la restricción de la libertad, por la imposición de símbolos que no nos pertenecen, pero que al final terminan por hacernos sentir “orgullosos”; pero a la fuerza se impone la bandera, a la fuerza se imponen los héroes militares, a la fuerza se impone la valorización del ejército nacional, a la fuerza, que es la única forma de llegar a las personas, a la fuerza, y a través de la escuela. La escuela es eso, una violenta institución de imposición de cultura ajena a nosotros en muchos aspectos, y una violenta acomodación a los engranajes productivos del mercado.

¿Quieren hablar de violencia? Hablemos de violencia política, hablemos de que no podemos dirigir nuestra propia vida, y sólo podemos elegir a nuestros mandatarios, es decir, que piensen por nosotros, y dirijan según los sus propios intereses o según los intereses de otros. La responsabilidad política no se delega, se ejerce. Hablemos de esa violencia, la que no nos deja participar y pensar en nuestra propia vida, la política es eso, pensar en cómo queremos la vida en la polis, y ejercer dicho derecho humano que no se cambia por nada, por nada!!

¿Sigamos hablando de violencia?

…piensa en quién eres y en donde estás inmerso…

6 comentarios:

cristian dijo...

Hablemos de la violencia del que va pasando por la calle, y recibe un piedrazo en la cabeza por parte de una persona que no conoce y que no le conoce a uno; de aquél que es acuchillado para robarle una billetera,para comprar unas zapatillas caras con esa plata, por alguien que nunca lo ha visto y no le interesa quién pueda salir perjudicado por su muerte.
Eso es violencia.
Lo demás, lo que tu escribes en tu post, es pura mierda.

Anónimo dijo...

fascista, concuerdo contigo, es pura mierda, por eso lo odiamos.

Makeka Barría dijo...

Tu blog es un chiste. Tu post es un chiste.
Quieres hablar de chistes?...entonces....hablemos de chistes....
Te dejo la sugerencia de presentarte al FESTIVAL DE VIÑA DEL MAR como cómico....para que todo Chile se pueda reir.

Unknown dijo...

Existes ????























Humanoide

Anónimo dijo...

No puedes mezclar violencia con lo que estan haciendo los secundarios porque son todo lo contrario....

Los que provocan la violencia solo buscan la destrucción no tiene nada en la cabeza en cambio los secundarios quieren un cambio de verdad para su bienestar y para esto lo que menos usan es la vilencia sino la palabra, el dialogo ya que es la unica forma de lograr cosas...

lo otro es nada ya que pueden romper muchas cosas que se pueden reponer pero nada por lo que lucharon quedo.

Maynard dijo...

Ok.. el mercado no es violento.
Te pedimos perdon don mercado, amo y señor de todo lo q existe.
Si analizamos un poco las revueltas, o mas bien, lo q las provocan.. no resulta dificil hallar detras del tema educacional el tema MERCADO.. concepto q algunos defienden a muerte a si q mejor no llevarles la contra, pues son los neoliberales kienes siempre tienen la razon no?