"La única salida es la violencia"
Bayer, Osvaldo
Günther Anders no confía más en los medios pacíficos, no cree más en la democracia de partidos: "Después de la gran victoria de los medios masivos de comunicación no existe más la democracia. Lo sustancial de la democracia es poder tener una opinión propia y al mismo tiempo poder expresarla. Por ejemplo yo viví catorce años en Estados Unidos y nunca pude expresar mi opinión. Desde que existen los medios masivos y desde que la población del mundo se halla como exorcizada frente al televisor, se la alimenta, a cucharadas, con opinión. La expresión "tener opinión propia" ya no tiene sentido de realidad. Los alimentados forzosamente no poseen ya ninguna chance de opinión propia. No, ya ni siquiera consumen opiniones ajenas. Se los engorda con sistema. Y los gansos engordados a sistema no 'consumen'. La televisión es un engorde con sistema. Si democracia es aquello en lo cual se puede expresar la propia opinión, entonces la democracia se ha convertido en imposible a través de los medios masivos de comunicación, porque cuando no se tiene algo propio tampoco se lo puede expresar".
"El ser humano -continúa Anders- ya no puede llegar a la mayoría de edad. Más bien es un ser-siervo porque sólo oye y oye lo que le llega por radio y televisión y aquí la relación permanece unilateral porque no puede responder. Esa servidumbre es característica para la falta de libertad que se ha construido a través de su propia técnica y que se revierte sobre él. Con los medios masivos se ha creado la figura del 'eremita masivo'. Porque si bien se halla solo frente a su radio o televisor, recibe el mismo 'pienso' (en doble sentido) que los demás. No percibe que lo que él consume en la soledad es el alimento de millones."
Es incomprensible -para él- la incomprensión de los políticos. "La incomprensión misma de los hombres inteligentes y esclarecidos. El mundo no está amenazado por seres que quieren matar sino por aquellos que a pesar de conocer los riesgos sólo piensan técnica, económica y comercialmente. Ante eso, todas las legislaciones del mundo -hasta el derecho canónico- no sólo permiten el empleo de la violencia en defensa propia sino que hasta lo recomiendan. Hemos visto que con entregar rosas y nomeolvides a las policías -que no podían recibirlas porque tenían el garrote en la mano- ni con listas de firmas ni solicitadas, ni con interminables marchas, ni con canciones, ni con teatros, no alcanzamos nada. No sólo es anodino sino hasta estúpido, por ejemplo, hacer huelgas de hambre para lograr la paz atómica. Con las huelgas de hambre se logra precisamente sólo eso: tener hambre. A Reagan y a su "lobby" atómico no le interesa si nosotros comemos un sándwich de jamón más o menos. No son acciones serias, sólo son "happenings". No son acciones, son apariencias. Una cosa es aparentar y otra es ser. Los que hicimos esas acciones creímos haber traspasado la frontera de la mera teoría, pero éramos sólo actores, en el sentido teatral. Hacíamos teatro por miedo a actuar verdaderamente. Teatro y no-violencia son parientes muy cercanos".
"La violencia no sólo está permitida sino también legitimada moralmente en tanto es usada por el poder reconocido. El poder se basa permanentemente en la posibilidad del ejercicio de la violencia. Para cada alemán fue sobreentendido marchar a la guerra para coparticipar de la violencia, para ser co-violento. Quien participó de esa violencia no hizo otra cosa que "cumplir con su deber'. Con la orden del poder no sólo está permitido ser violento sino mucho más: hay que ser violento. A nosotros los que actualmente sólo nos proponemos como meta impedir toda violencia se nos reprocha que perseguimos el caos con nuestra desobediencia civil, sí, a nosotros que queremos llegar al estado ideales de la no-violencia, a lo que Kant llamaba 'la paz eterna'. Una cosa debemos tener en claro: nuestra meta jamás tiene que ser la violencia. Pero que la violencia -cuando sólo con su ayuda se puede imponer la no-violencia- llegue a ser nuestro método, eso nadie nos lo puede negar".
UUFFFFFFF, pa pensarlo un rato está !