Claudio tiene cinco años. Claudio cree que todo el espacio-tiempo del universo cabe en una caja de fósforos, como los que usa su papá para encender sus cigarrillos. Claudio lee libros como “Colmillo Blanco” o “El llamado de la Selva” y piensa que le gustaría estar en el norte, y correr junto a los perros, junto a Buck, o andar en trineo por la nieve, quizás eso es lo que más le gustaría porque sus papás nunca lo han llevado a ver la nieve. Claudio juega con los otros niños y le gusta tomar coca-cola, juegan a ser piratas. Claudio quiere ser pirata desde que leyó “Sandokan”, le cuenta esto a sus amigos y ellos también quieren ser piratas y andar en barcos, pero a veces sólo pueden llevar tesoros en barquitos de papel, en el canal que está cerca de su casa.
A veces cree que las estrellas están mirándolo, y que la luna se mueve cuando él se mueve, pero sabe en el fondo que no es así, aunque no deja de cuestionárselo. Claudio piensa que él sólo es un montón de células, como le ha contado su papá que son las personas, pero esto no lo atemoriza ni lo defrauda, se siente libre de vagar por donde quiera con todas sus células en los bolsillos, se siente feliz de correr con los perros que también son como él, porque también a ellos les gusta jugar y comer; al menos eso dice él.
Claudio juega con una botellita que tiene agua con detergente adentro, y hace burbujas con sus manos, le gusta ver cómo esas burbujas vuelan y vuelan y después se desarman en el pasto del jardín. También le gusta tirar plumitas desde la torre en el centro, cuando su papá lo lleva allá, y le muestra los lugares, y le cuenta cuando estuvo en todos ellos y qué cosas hizo.
Claudio se asombra cuando sus amigos le dicen que existe un dios que es como un padre de todos, nunca antes había oído hablar de eso, se sorprende y dice que le basta con su padre que lo controla cuando se pone a pedir coca-cola al almuerzo, cuando él golpea la mesa con sus pequeños puños, y dice “quiero cocola, quiero cocola!”; entonces sus amigos le dicen que da lo mismo y se van a jugar a los piratas. Claudio también escucha música aunque no quiso contarme cuál, porque dice que sólo el lo sabe, y nadie más.
pido disculpas por la calidad de la redacción de este relato y de los dos anteriores, sólo me interesan las ideas allí, la forma es un desastre.
este relato fue escrito en mayo de 2004 aprox, frente a un computador.
pd: con esta última entrada destruyo el anterior blog que no dio resultado: Radixis.
3 comentarios:
me encantan tus relatos
¿por qué tienes que aprobar los comentarios?
Pris...c
ah, es que estaba experimentando, jeje
Claudia tambien.
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